Los ultraprocesados no son comida, sino preparaciones industriales comestibles que estimulan el apetito de manera artificial. Son los nuggets, pizzas, hamburguesas, la bollería industrial, los cereales… En Adictos a la Comida Basura (Deusto, 2016), el premio Pulitzer Michael Moss explicaba que las empresas que los producen “llevan años disputándose la primacía en el sector elevando, cada vez más, las cantidades de sal, azúcar y grasa de estos alimentos” para hacerlos más adictivos. Durante las últimas décadas su presencia en mercados y restaurantes ha aumentado de manera explosiva e intencionada.
