El agua es la fuente de la vida y es un Derecho fundamental, inalienable, universal e imprescriptible. Los usos del agua asociados con el consumo, alimentación e higiene personal y doméstica tienen la consideración de Derecho Humano y son prioritarios frente a los usos productivos.
El agua es un bien de interés general que no puede considerarse como mercancía sujeta a los intereses comerciales.