Los países más ricos del mundo proporcionan entornos más saludables para los niños dentro de sus fronteras, pero contribuyen de manera desproporcionada a la destrucción del ambiente mundial y de la vida de la población infantil del Sur Global.
El consumo excesivo en los países más ricos del mundo está destruyendo el medioambiente de los niños en todo el mundo, explica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el último informe de su oficina de investigación Innocenti, titulado Report Card 17: Lugares y Espacios.