Se denomina gentrificación verde y es uno de los grandes problemas urbanos y ecológicos del momento. Infraestructuras ajardinadas –imprescindibles para afrontar las cada vez más recurrentes e intensas olas de calor derivadas de la crisis climática– que quedan al servicio del mercado inmobiliario y contribuyen a intensificar o acelerar la expulsión de las capas más vulnerables de los barrios. Así lo acreditan dos estudios complementarios que han sido publicados en las revistas Environmental Research Letters y Nature en los que se aborda cómo el precio de la vivienda tiende a crecer a medio y largo plazo en barrios y distritos donde aparecen nuevas zonas renaturalizadas.