Detener la deforestación sigue siendo el mayor reto ambiental de Bolivia. En 2021 y 2022, la pérdida de bosque por año estuvo por encima de las 250 mil hectáreas, según Marlene Quintanilla, experta de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) de Bolivia. Las causas principales son las mismas de siempre: el avance de la frontera agrícola y la ganadería, dos actividades señaladas como las responsables de que los árboles sigan cayendo como piezas de dominó. A ello se suma ahora la urgencia de detener las invasiones o avasallamientos en áreas protegidas nacionales, regionales y privadas, lo que para algunos expertos es una meta muy difícil de cumplir.