Cuando pensábamos que ya nos habíamos acostumbrado al concepto de «moda rápida», popularizado por compañías como Zara y H&M en los años 90, es decir, un modelo caracterizado por ciclos de producción cortos y ropa de tendencia a precios accesibles, este tipo de negocio comenzó a acelerarse, optimizando la logística y digitalizándose. Así, en la primera década de los 2000, surgieron empresas como Asos y Boohoo, representantes de la segunda generación de la moda rápida. Sin embargo, fue a partir de 2015 cuando asistimos al nacimiento de una tercera ola, la llamada moda ultrarrápida, que ha dado un giro al modelo original, reduciendo aún más los tiempos y los precios, capturando rápidamente la atención de los consumidores.
