En el contexto de una conversación pública europea que menciona con frecuencia la defensa, resulta imprescindible considerar el papel de la comunicación. Su importancia en los conflictos remite a ejemplos emblemáticos, como el descifrado de la máquina Enigma por parte de Alan Turing y su equipo de Bletchley Park, o el reclutamiento de los veintinueve Navajo Code Talkers que permitieron a los estadounidenses utilizar esa lengua amerindia para cifrar las comunicaciones en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las defensas comunicativas no solo afectan a los códigos sino también a los canales y, entre ellos, las redes sociales son especialmente importantes. De ahí que exploremos una idea que surge esporádicamente: la creación de una red social netamente europea, que pueda competir con las estadounidenses o chinas. Es sin duda una cuestión muy compleja, con considerables dimensiones económicas, burocráticas, tecnológicas y regulatorias, y que tampoco puede desvincularse del resto de aplicaciones digitales; aun así, en este texto solo revisaremos sus posibilidades sociocomunicativas.
