El océano, su temperatura, química, corrientes y vida, impulsan los sistemas globales que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. El agua de lluvia, el agua potable, el tiempo, el clima, las costas, gran parte de nuestros alimentos, medicinas e incluso el oxígeno del aire que respiramos, todos son proporcionados y regulados por los mares. Sin embargo, debido al cambio climático, la salud del océano ahora corre un riesgo significativo.
El concepto de «economía azul» busca promover el desarrollo económico, la inclusión social y la preservación o mejora de los medios de vida, al tiempo que garantiza la sostenibilidad ambiental del océano y las zonas costeras.
La economía azul tiene diversos componentes, incluidas las industrias oceánicas tradicionales establecidas, como la pesca, el turismo y el transporte marítimo, pero también actividades nuevas y emergentes, como la energía renovable en alta mar, la acuicultura, las actividades de extracción de los fondos y la biotecnología marina.