En los últimos 15 años, la Renta Básica Universal (RBU) se ha desplegado por todo el mundo y ha ocupado un lugar destacado en las agendas de política social, que han ido elevando los fondos destinados a estas ayudas sociales para personas con recursos comparables a los umbrales de pobreza o sin perspectivas de desarrollo laboral, personal o familiar». Así describen en Stanford Basic Income Lab –el módulo de análisis sobre la evolución mundial de este subsidio creado en 2017 por la profesora de Filosofía Juliana Bidadanure y que está adscrito a la escuela McCoy de Ética y Sociedad de la Facultad de Humanidades de la famosa universidad americana– los rasgos genéricos de esta iniciativa dirigida a facilitar la reinserción de personas con escasos ingresos en sus núcleos sociales.