En los últimos años muchos han hecho autoconsumo, un autoconsumo que ha sido y es fuente de ahorro energético, de menores costes en distribución y de mayor empoderamiento ciudadano. Los pioneros y pioneras han ido más allá, impulsando el autoconsumo colectivo, y es que en los próximos años, una vez las viviendas unifamiliares han impulsado su autoconsumo, una vez que muchas industrias que tenían tejado ya han puesto sus placas, la clave estará en que las cubiertas de los polígonos logísticos se relacionen con el sector industrial, el sector doméstico y el sector servicios.
Más allá de adecuar protocolos, mejorar la legislación, y copiar lo que funciona en Portugal (como el gestor del autoconsumo colectivo), el elemento clave va a estar en la proactividad de las distribuidoras. Sin este actor de cara, va a ser muy difícil un escenario participado, distribuido, democrático, y donde la ciudadanía sea protagonista.