Conforme nos aproximamos a la mitad del camino que conduce a 2030, es imperativo hallar nuevas y mejores formas de acelerar el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Hemos constatado que abordar los factores que impulsan la igualdad y encontrar mecanismos que promuevan el cambio y tengan efectos multiplicadores resulta eficaz. Tal es el caso del trabajo de cuidados, que en su mayor parte es realizado por mujeres, de forma no remunerada o mal remunerada, informal e invisible. A pesar de su valor inherente para las sociedades, las comunidades y las familias, el trabajo de cuidados no remunerado también queda excluido de los cálculos del producto interno bruto (PIB).