El devenir del turismo ha estado marcado por diversas etapas caracterizadas por momentos más o menos exitosos en términos globales y regionales. En las etapas del descubrimiento y desarrollo, el turismo ha sido un motor indiscutible para elevar los niveles de vida de las poblaciones locales, generando empleo y renta económica. Sin embargo, en los momentos actuales el turismo está reflejando ser una industria con claros signos de debilidad y vulnerabilidad que, a pesar de las altas tasas de crecimiento, se empieza a cuestionar como actividad deseable por parte de la ciudadanía y de algunos sectores sociales. Prueba de ello son las manifestaciones de las poblaciones locales oponiéndose al modelo del turismo de masas en 2024 en destinos como Canarias y Baleares. Aunque la situación no es la misma en todos los destinos del planeta, es probable que el fenómeno observado en los destinos masificados y más maduros se extienda con el tiempo sobre otros destinos, a medida que se van expandiendo las cifras de visitantes.
